El objetivo de este ejercicio es
ocultar lo que escribimos, es decir, encriptar información.
Este cifrado fue muy utilizado en las guerras. Por un lado,
los espartanos utilizaban esta escitala lacedemonia, ya que era un sistema
sencillo. Por otro lado, cabe destacar que, Alan Turing (1912-1954), matemático y científico
de la computación británico, fue el principal responsable de descifrar la máquina
de encriptación Enigma, el código secreto utilizado por el ejército alemán en
la Segunda Guerra Mundial. Además, Turing,
extraordinario criptoanalista para muchos, creó su propia maquina electromecánica
llamada “bomba”, la cual entró en funcionamiento en 1940 y consiguió descifrar más
de 84000 mensajes de la Enigma al mes. Por lo tanto, Turing y su maquina fueron
imprescindibles para combatir contra el bando alemán y sus códigos ocultos.
Para poder hacer esta actividad,
vamos a necesitar un palo cilíndrico o poligonal y cinta de tela o tiras de
papel. En nuestro caso, hemos utilizado un palo cilíndrico de madera y cinta de
tela.
Una vez tenemos todos los
materiales, lo primero que hicimos es cortar el palo en dos partes iguales, con
un mínimo de 15 cm cada palo.
A continuación, cogemos la cinta de
tela y rodeamos el palo sin que la tira se monte una encima de otra.
Cuando terminemos le ponemos cinta adhesiva
para que no se suelte. Seguido de esto, escribiremos
nuestro mensaje secreto (Al temeroso, una pulga le parece un oso) en fila
recta. En nuestro caso, nos hemos inventado un sistema de signos, para que sea
meas complejo averiguar que oculta el mensaje.
Después desenrollamos la cinta del
palo, podemos observar que el mensaje que habíamos escrito deja de cobrar
sentido.
Por último, enrollamos la cinta en
el otro palo que teníamos y comprobamos que el mensaje se puede leer si
utilizamos el sistema de escritura que hemos creado nosotras.
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